COMENTARIO DEL CANTICO ESPIRITUAL DE S. JUAN DE LA CRUZ
¿Adónde
te escondiste,
Amado,
y me dejaste con gemido?
Como
el ciervo huiste,
habiéndome
herido;
salí
tras ti clamando, y eras ido.
Pastores,
los que fuerdes
allá
por las majadas al otero:
si
por ventura vierdes
aquel
que yo más quiero,
decidle
que adolezco, peno y muero.
Buscando
mis amores,
iré
por esos montes y riberas;
ni
cogeré las flores,
ni
temeré las fieras,
y
pasaré los fuertes y fronteras.
LOCALIZACIÓN:
Estamos
ante un fragmento de un texto literario perteneciente a la al género
lírico y a la poesía mística, que hace referencia a las
relaciones sobrenaturales y secretas por las cuales Dios eleva a la
persona y la hace conocer un mundo superior al que es imposible
llegar mediante las fuerzas naturales y ordinarias. Su autor es San
Juan de la Cruz, concretamente, nos situamos ante un fragmento de su
Cántico Espiritual. San Juan de la Cruz, llamado realmente Juan De
Yepes, nacido en 1452 en Ávila y perteneciente a una humilde
familia. Junto a Santa Teresa inicia una estrecha colaboración
dedicada a la reforma de la orden. La idea básica de su doctrina
mística es que el amor a Dios y el apego a las criaturas de este
mundo son contrarios.
TEMA:
Como
en todas las obras místicas, el tema principal de este fragmento del
Cantico Espiritual, es el amor nupcial dirigido a lo divino, en este
caso a Dios. El autor, San Juan de la Cruz intenta transmitir su
último momento de unión con Dios.
ESTRUCTURA:
Podemos
diferenciar tres partes en este poema. La primera abarca desde el
verso 1 al 5; en ella, San Juan se dirige a su amado, el cuál es
Dios, preguntándole dónde está, puesto que no lo encuentra. La
segunda parte comprende los versos 6 hasta 10, en ella el autor se
dirige a unos pastores que encuentra en el caminos de su búsqueda, y
a los cuales les pregunta si a Dios habían visto. La
tercera
estrofa
de este fragmento podemos situarlos en los versos restantes, es
decir, entre los versos 11 y 15, en ellos, se autoconciencia
diciéndose
a sí mismo que por muy duro
que sea el camino, no caerá en la tentación ni lo abandonará hasta
conseguir lo que se ha planteado, encontrar a Dios.
MÉTRICA:
Con
respecto a la métrica, podríamos decir que nos encontramos ante un
fragmento compuesto por 15 versos, tanto heptasílabos como
endecasílabos, por lo tanto de arte menor y mayor respectivamente, y
todos poseen rima consonante.
Su esquema métrico es aBabB cDcdD eFefF. Por
tanto, si atendemos a ambas características podemos decir que
pertenece cada estrofa a una lira, ya que estas están compuestas por
versos de 7 y 11 sílabas y mantiene una estructura aBabB.
ASPECTOS
DE CONTENIDO:
Centrándonos
en el nivel morfosintáctico podemos apreciar un paralelismo en los
versos 13 y 14, en los cuales se repite la misma estructura
morfológica de las frases (conjunción, verbo, determinante,
sustantivo).
Analizando
las categorías gramaticales podemos observar que en los dos primeros
párrafos los tiempos verbales se encuentran todos en pretérito
perfecto simple (huiste ,dejaste, escondiste, fuerdes, vierdes…)
mientras que en el último verso se encuentran en futuro simple
(cogeré, temeré, pasaré), ya que se refiere a lo que no hará en
un futuro.
Dentro
del nivel léxico-semántico podemos encontrar en los dos primeros
versos del fragmento una pregunta retórica, es decir, una pregunta
formulada que no exige respuesta. Encontramos también, una
metáfora que se encuentra reflejada en el inicio del segundo verso,
pero a la cual se le hace referencia durante todo el poema; esta es
la identificación del Amado con Dios. Asimismo, en ese mismo
párrafo, en el verso siguiente (verso 3) encontramos un símil
debido a la comparación del amante (aunque realmente es el creyente)
con un ciervo herido, debido al dolor que esta soportando. También
cabe destacar en el verso 11, una acción que no se puede realizar en
la vida real, puesto que el amor es algo abstracto, y no se puede
buscar.
Por
último, con respecto al nivel fonético no ha sido posible
identificar ninguna figura retórica.
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